El tucumano Daniel Rizzotti es uno de los dos capitanes del rompehielos de Greenpeace Artic Sunrise y de casualidad no se encontraba al mando de la nave cuando fue detenida en Rusia, tras la protesta contra una plataforma petrolera en el Mar Ártico. Por estos días se encuentra en la provincia aunque advierte que no deja de pensar en los miembros de su tripulación que están arrestados.

"Me preocupan Camila Speziale, por ser una de las más menores, con tan sólo 21 años, y todos los chicos. Las condiciones en las que se encuentran son lamentables. Es muy doloroso lo que les está pasando. Están aislados, en un país con otro idioma y recién desde hace tres días que tienen calefacción, por lo que tuvieron que soportar mínimas de hasta 10° bajo cero, por las noches. Se bañan una vez a la semana y no ven la luz del día", señaló.

Según Rizzotti, en agosto recorrió el mismo lugar en donde fue abordada la nave por militares rusos, ocasión en la que también sucedió lo mismo. "No nos detuvieron porque se trata de aguas comerciales, en donde Rusia no tiene jurisdicción, por lo que no cometimos un acto de piratería. Eso es falso y el tiempo y la presión internacional nos darán la razón", expresó.

Contó que debido a la detención del Artic Sunrise, que tiene bandera holandesa, se desencadenó un conflicto entre ambos países. "Para Holanda el accionar fue totalmente ilegal", expresó, de acuerdo a información que recibió en los últimos días. Rusia aceptó una mediación que se planteó en un Tribunal de Hamburgo, por lo que los próximos 20 días serán decisivos para el futuro de los detenidos, agregó.

Rizzotti recordó que su detención en marzo de 2003, frente a la base militar de Rota, en Cádiz, cuando los activistas bloquearon durante 24 horas la salida de un buque de guerra de Estados Unidos que iba hacia el Golfo Pérsico. "Lo que me pasó fue mínimo en relación a lo que está padeciendo los miembros de mi tripulación, pese a que sabían los riesgos. Espero que pronto me llamen para ir a buscarlos y a rescatar el barco", reflexionó.